Re emergencia étnica. Experiencia desde la comunidad Charrúa Etriek.

 

Introducción

Escribir sobre el  proceso  de asunción de la identidad nativa, surge esencialmente por necesidad propia; como un recurso para el análisis y la reflexión. Su finalidad no es académica.

Los temas y el modo de abordaje, es desde la memoria de la experiencia personal y comunitaria -Charrúa Etriek- (con corroboración y ampliación de la información mediante búsqueda en la red de internet, y consultas personales); o sea, de circunstancias en las que hemos estado involucrados, hemos asistido o se nos ha participado por parte de los protagonistas; por lo que tampoco hay una pretensión de exhaustividad en cuanto a contener todo lo acontecido -si no de exponer desde esa memoria de la experiencia-.

Una gran ayuda para la producción de este texto, ha sido el interés de muchas personas que en diferentes instancias nos han expresado sus inquietudes sobre muchos de los temas desarrollados.

La publicación, procura poner a disposición las posibles respuestas a tales inquietudes, y la posibilidad del surgimiento de nuevas preguntas.

Aclaración: no es el relato de la experiencia de la Comunidad Charrúa Etriek –que será tema de un texto específico-, sino del proceso general visto o planteado desde  cómo fue percibido desde ella.


Abya Yala

El inicio de la invasión europea a nuestro continente –Abya Yala-, trajo implícito en su desmedida avaricia (material o de poder), el saqueo, la crueldad, la discriminación, el sometimiento y la muerte (sus propiciadores vinieron con intereses que distaban mucho de los intereses de los pueblos que ocupaban el territorio desde hace milenios, pues no se trató de luchas por la supervivencia y conflictos de convivencia –o mera expansión de dominio territorial, que ya era llevada a cabo por los diversos imperios autóctonos-).

Esta situación siguió durante la conquista y la colonia; y, desgraciadamente, tanto en la época de las luchas por la independencia, de las conformaciones de los estados y una vez afianzados; no hubo cambios profundos al respecto – más allá de diferentes y diversas motivaciones, o distinta intensidad-.

Tal  realidad trajo aparejada para los pueblos de Abya Yala, el desmembramiento de la vida comunitaria, ocultamiento y negación de la identidad (tanto estratégica como inconsciente; a los fines de evitar o menguar males –persecución y muerte, o discriminación/segregación y sometimiento-); y con el tiempo, el desconocimiento de la ascendencia nativa y la pérdida, disminución u olvido de rasgos identitarios (o al menos su origen).

El panorama fue dispar en los diferentes pueblos, regiones y estados nacionales o confederaciones de estados, o provincias y departamentos, etc. Los grados de perjuicios y sus efectos hacia el interior de cada pueblo, y en ellos de cada comunidad, cada clan,  familia e individuo; han sido diferentes. La disgregación y, la conservación y conciencia cultural nativa, ha afectado distinto en las diversas realidades; pero en ningún caso se ha salido ileso de las consecuencias de la invasión y lo acontecido luego.

Por supuesto que los pueblos originarios no fueron pasivos, y durante los más de 500 años hubo resistencias de todo tipo –culturales y bélicas, claro-, que tampoco fueron homogéneas, y la graduación de éxitos y fracasos se dieron de manera muy diversa.



Argentina

En Argentina, desde la vuelta a la democracia tras la última dictadura cívico militar eclesiástica; se inició un proceso de reivindicaciones y logros institucionales que repercutió favorablemente en la concientización étnica, a través de cuestionamientos sobre la identidad y discursos colonialistas naturalizados (“la Europa de América”, el “crisol de razas”, “somos un país de inmigrantes”, “bajamos todos de los barcos”, etc.). Está repercusión en la consciencia étnica, se fue dando paulatinamente y primeramente hacia el interior de los pueblos originarios, por parte que quienes reconocían tales rasgos –culturales o fisonómicos-, en su identidad.

Institucionalmente se pueden destacar  la Ley nacional nº 23302 sobre Política Indígena y apoyo a las Comunidades Aborígenes promulgada el 8 de noviembre de 1985 con la creación para su aplicación del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), y en 1994, la nueva Constitución Nacional en el Art. 75 inc, 17 establece que “corresponde al Congreso: Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.

Desde lo social popular y mediático, luego de que durante la guerra de Malvinas (1982), se prohibiera difundir música en inglés; la música de artistas argentinos empezó a cobrar relevancia en las preferencias del público. Esto incidió en la visibilidad de la temática indígena que algunxs artistas proponían en su obra. También la amplia difusión dada a los festejos de V Centenario del “descubrimiento”, comenzados más de un año antes de la fecha en 1992; favoreció a que se instale socialmente el cuestionamiento a los conceptos colonialistas promovidos desde ese festejo (e impuestos durante los 500 años), lo que fue reflejado en nuevas producciones de artistas populares, produciéndose una sana retroalimentación, e influyendo en el proceso de concientización de la identidad nativa –con especial incidencia en aquellos pueblos o comunidades donde la negación u olvido de la identidad ancestral, había tenido consecuencias más profundas; aunque no exclusivamente en ellas-.



Villaguay/Entre Ríos.

La situación en Villaguay, al menos desde la segunda  mitad del s.XX, en muchos sentidos era similar al resto de Entre Ríos –seguramente al de muchos lugares de Argentina y Abya Yala-: Personas interesadas en la investigación sobre pueblos originarios locales - muchas por curiosidad e inquietudes particulares (vocacionales, amateur), muchas menos de carácter científico (en Villaguay eran casi nulas este tipo de investigaciones)-; familias en que aun se mantenía –en secreto-, el conocimiento de la ascendencia nativa; y muchas –realmente muchas-, personas portadoras de rasgos tanto fisonómicos como culturales, de los pueblos originarios autóctonos que desconocían tal ascendencia. La idea instalada y casi incuestionable, era que no había “indios”, o indígenas, o aborígenes, o pueblos originarios.

 

Rosa Albariño

Hacía fines del s.XX, hubo una persona entre esas interesadas por curiosidad e inquietudes particulares, que seguramente reforzada por su ocupación y perfil (docente, poeta, artista plástica y activa ecologista),  fue fundamental en la visibilidad del tema y del cuestionamiento a la idea naturalizada de que en Villaguay no había indígenas. Esa persona fue Rosa Albariño. Su obra poética –publicó su libro de poesía con citas históricas “América llama”, en 1996; que presentó en diversos ámbitos académicos y literarios del país-, y como artista pirograbadora –plasmaba escenas de la vida indígena antigua en mates de diferentes tamaños, que fueron expuestos en muchos espacios artísticos de renombre-; fue esencial en el proceso de revitalización de la identidad nativa –y el cuestionamiento a las ideas colonialistas naturalizadas, que ello implica-. También fue importante su activismo como  ecologista y su desempeño docente (en la escuela en que trabajaba, propuso, coordinó y participó junto a compañeros y amistades, la representación de Taki Ongoy, la obra de Víctor Heredia). En realidad ella aprovechaba cualquier espacio en que se desenvolviese –que eran muchos-, para expresar sus ideas al respecto del tema; cualquier relación que pudiera hacer con los pueblos originarios, la exponía – ¡cuántas veces se sintió sola e incomprendida en esas ocasiones!-. Hacia la segunda mitad de la década de 1990, Rosita se asumía plenamente como charrúa –no investigadora o artista indigenista, ni descendiente; charrúa-. En todas sus participaciones públicas –sociales, artísticas o políticas-, lo hacía desde esa identidad.                              

La incansable labor de Rosita, comenzó a repercutir en la provincia. Primeramente, en los ámbitos artísticos y ecologistas, y entre los interesados adeptos a la temática indígena –que era en los que ella se desenvolvía y tenía muchas relaciones (en Entre Ríos ella era precursora, pero en otros puntos del país, ya tenía conexiones con pueblos y comunidades originarias en diversos estadios en relación a la identidad propia)-.  La expansión hacia afuera de esos ámbitos –en la provincia-, empezó a vislumbrarse entrado el presente siglo –XXI-.

Rosa, tenía la entusiasta idea de conformar legalmente una comunidad charrúa –desde 1995, el INAI se comenzó con el registro de comunidades y el otorgamiento de personería jurídica-; y en eso puso su empeño. Con la hipótesis de la dispersión a la que debió someterse el pueblo charrúa –por las circunstancias antes descriptas-; pensó que la comunidad no debía restringirse a un espacio físico específico, sino que podía incluir a quienes se asumiesen charrúas sin límites geográficos. Y en esa  empresa,  se abocó a promover encuentros.    

 

Encuentros y comunidades. Entrando al nuevo siglo.

Además de asistir a encuentros en que le fuera posible, del país y Abya Yala; entrando el nuevo siglo, Rosa Albariño, siguió participando y organizando diversos encuentros relacionados con la temática originaria en general, y charrúa, especialmente, propiciando la conformación legal de una comunidad.

Varios de quienes conformamos la Comunidad/Escuela Popular Charrúa Etriek, desde mediados de la década de 1990 hasta 2003, tuvimos un vínculo cercano con Rosita –a veces muy estrecho, a veces no tanto, según el emprendimiento que nos encontrase-.  En 2003 hubo un distanciamiento pero igual seguimos en contacto.

Entre algunos de los encuentros y jornadas sobre la temática pueblos originarios compartidos –la organización, las gestiones o la participación y el momento- están: Encuentro Charrúa/Mapuche (agosto 2001), con la presencia del grupo Ahijuna, de la R.O.U., y el por aquel entonces werken mapuche Ignacio Pvrafil; la presentación del grupo Bascuadé Inchalá (Mónica Michelena, Alejandro Vargas y Guidaí Vargas), de la R.O.U., en la Expo Feria Villaguay del libro (octubre 2001); en el 2002 estuvimos en el Fogón de Vigilia (11 de octubre), en Maciá, donde previamente Rosa presentó su libro “América llama”, y se realizó una asamblea en lo que fue el primer intento de conformación formal de una comunidad (no hubo acuerdos aquella vez); en 2003 concurrimos al Seminario sobre derechos comunitarios indígenas, en la Facultad de Derecho de la UBA, ocasión en que tuvimos algunas diferencias que nos llevó al distanciamiento.

En 2004 tomamos la decisión de centrar nuestras acciones en el territorio puntual en que vivimos –y nuestras familias desde al menos el s.XIX (entre el arroyo   y el centro de la ciudad, bastante demarcado con particularidades específicas)-; y nace la Escuela Popular Charrúa Etriek, y en torno a sus acciones se va conformando su comunidad, reconstituyendo una antigua comunidad prácticamente desmembrada como tal. Como comunidad, nos ha costado lidiar con las pautas o requerimientos del Registro Nacional de Comunidades Indígenas –RENACI-, (o con las contradicciones que se nos plantean); por lo que a 2021, no hemos iniciado formalmente nuestro registro en el INAI –aunque el organismo sí nos reconoce como comunidad charrúa, y tenemos la expectativa de la formalización legal algún día-.

Como se expresó anteriormente, en el nuevo siglo, la impronta de Rosa comenzó a repercutir fuertemente en la provincia. En lo referente a la conformación de comunidades charrúas,  en 2007 la Comunidad Pueblo Jaguar –su comunidad-, obtiene su personería jurídica; en 2009 hace lo propio la Comunidad Hue Guidaí Berá, de Maciá; y en 2013, la Comunidad Naybú, de Federal. Paralelamente se fueron constituyendo también muchas comunidades que no han formalizado su inscripción en el RENACI. Al 2016 eran más de cuarenta comunidades; muchas, promovida su constitución por quien fue muchos años representante charrúa en el Consejo de Participación Indígena (CPI), del INAI, Roberto Sandoval –fallecido en 2018-.

 

Procesos particulares complejos

El auto reconocimiento como integrante de un pueblo originario, asumir plenamente tal identidad como propia; no es algo sencillo cuando en quinientos años de colonización cultural –muy vigente aun-, se ha inculcado que lo indígena es portador de todo lo que está mal, que sus rasgos –tanto culturales como fenotípicos-, son incorrectos, inapropiados, feos, malos, etc., etc., etc. . Esta situación –junto a otras específicas de cada contexto-, hace que las realidades hacia el interior de las comunidades sean muy diversas; muy diferentes sus procesos colectivos, como particulares entre quienes las integran.

 

Organizaciones

Con el resurgimiento de comunidades, surgieron organizaciones que las agrupaban. Algunas son: la Coordinadora de Comunidades Charrúas de Entre Ríos (CODECHA), y la Organización Pueblo Nación Charrúa; en Entre Ríos. En Uruguay: Consejo de la Nación Charrúa (CONACHA), y la Unión de Mujeres del Pueblo Charrúa (UMPCHA), la que integran también mujeres entrerrianas-.

 

Tanto promovidas desde las organizaciones, como por los representantes ante el CPI, o  desde el propio INAI u otros organismos estatales, y por iniciativa de las propias comunidades; hasta al menos 2016, se llevaron a cabo muchos encuentros en diversos puntos de la provincia, con diferentes finalidades y diversos grados de participación –en muchos, con la participación de hermanxs (inchala), del Uruguay-.

 

También se integran organizaciones que agrupan pueblos y organizaciones del país (como por ejemplo: Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios –ENOTPO-  o la Coordinadora Audiovisual Indígena de Argentina –CAIA-; recientemente, finalizando la segunda década del s.XXI, la Mesa de Articulación Territorial Indígenas en Argentina MATRIA; entre otras).

 

Otros acontecimientos

·       Fogones: la experiencia nos la contó en 2001 Miguel Pereyra, del Grupo Ahijuna, del Uruguay, donde venían realizando cada 11 de octubre, ‘Fogones de Vigilia, en el último día de libertad del continente’.

En 2002, fuimos a Maciá, al primero en el que participamos. Desde el 2003, lo empezamos a organizar en Villaguay. El primero fue en el Balneario Municipal –estuvo Miguel Pereyra-, y desde 2004, en el lugar que está la Escuela Popular Charrúa Etriek –en esta ocasión, estuvo Rosa Albariño-.

Luego que en 2010, se cambia oficialmente la conmemoración del “Día de la raza”, por el “Día del respeto a la diversidad cultural”; decidimos cambiar el nombre del fogón, quedando conformado a la actualidad como “Fogón por la Memoria, Verdad, Territorio e Identidad de los Pueblos Originarios de Abya Yala”.  También, al no ser ya “Fogón de Vigilia”,  hemos decidido ser flexibles con la fecha exacta de realización, a los fines de permitir una mayor concurrencia, especialmente de integrantes de la comunidad que han debido emigrar por diferentes motivos; así es que se lleva a cabo el domingo previo al lunes al que se traslada el feriado del 12 de octubre.

Con diferente grado de continuidad, y diversos nombres y modos de organización, se realizan fogones en varios lugares de la provincia.

 

·       Museo Tierra de Minuanes: nace a los fines de poner a disposición del público, los objetos recolectados durante mucho tiempo por Marcelo Lugrin, en el departamento Villaguay, sobre la cuenca del río Gualeguay. En 2006, se lleva a cabo una investigación sobre ese material, a cargo del Museo Provincial Antonio Serrano, dirigida por Carlos Ceruti. En 2008 se crea el museo, ubicado en Caseros 450, de Villaguay.

·       Considerando la asunción mayoritaria de la idea de la extinción total del pueblo charrúa, cobra relevancia la visibilidad nacional  que brindó el grupo Los Jaguares del Monte (Marina Varela y Gustavo Adolfo Braun, de Maciá; y, Siomara Frontera y Mirta Susana Martinez, de Villa Clara), con su participación en 2007, en el Festival de Folklore Nacional de Cosquín, junto a Víctor Heredia; en la presentación de Taki Ongoy. En 2012, se volvió a presentar el espectáculo en Buenos Aires (sumándose Nazareno Presentado, de Maciá). En la ocasión interpretaron la canción “Charrúa somos”, compuesta en la lengua originaria.

·       A través del programa Identidad Entrerriana, los años 2006/07, la comunidad Pueblo Jaguar, accede a la financiación para la publicación del libro “Entre Ríos, la isla charrúa” el cual presentan en la Sociedad Española de Socorros Mutuos. El proyecto contemplaba en una segunda etapa, la concreción de un Parque Temático de Pueblos Originarios en la Reserva Natural “La Chinita”, que lo llegó a consumarse.

·       Grupo Charrúa Etriek: desde el inicio de las actividades de la Escuela Popular “Charrúa Etriek”, se conformó un grupo de canto comunitario integrado mayoritariamente por niños y niñas. El grupo interpretaba temas del cancionero popular. En el año 2008, a partir de la composición en lengua charrúa, de la canción dedicada al fuego (en ocasión del fogón de vigilia), “Bascuadé”, se incorporan más personas adultas y se incrementa el repertorio en la lengua originaria. Hacia el 2010, las canciones interpretadas eran exclusivamente en charrúa, y tiempo más tarde, la instrumentación ya no incluía a la guitarra, sino solo instrumentos de construcción propia: arco, sonajas de espinillo, raspadores, tambores –de tronco ahuecado y parche de cuero-, y chauchas.

El grupo Charrúa Etriek, no tiene conformación fija, es un grupo comunitario abierto que se constituye según la ocasión. Canciones de su repertorio también es interpretado por otras agrupaciones musicales de la comunidad, como así el grupo interpreta temas esos grupos.

 

 

Avances institucionales en la provincia

Así como en lo referido a la conformación de comunidades y en la participación en acciones con otros pueblos del país y de Abya Yala –favorecido por su lugar en el CPI-, Roberto Sandoval, tomó, de algún modo, la posta de Rosita; hubo otra persona que la acompañó mucho especialmente en las cuestiones legales, sea por temas de las comunidades, o, especialmente, en demandas de cumplimientos de derechos hacia el estado provincial.  Esa persona es Marina Varela, de Maciá.

Marina estuvo codo a codo con Rosa en la visibilidad de la existencia del pueblo charrúa en la provincia, para a partir de allí, plantear sus exigencias.  

Reflejos de esa lucha se vieron plasmados en 2005, con la promulgación de la ley provincial N° 9.653, cuyos artículos establecen adhesión del Gobierno de la Provincia de Entre Ríos a la Ley Nacional Nº 23.302 sobre “Política Indígena, protección y apoyo a las Comunidades Aborígenes”, y faculta al Poder Ejecutivo Provincial a designar un representante para integrar el Consejo de Coordinación del Instituto de Asuntos Indígenas.

En 2008 –lo que Rosita no llegó a ver, pues falleció en 2007-, la nueva Constitución de la Provincia de Entre Ríos, en su “ARTÍCULO 33 La Provincia reconoce la preexistencia étnica y cultural de sus pueblos originarios. Asegura el respeto a su identidad, la recuperación y conservación de su patrimonio y herencia cultural, la personería de sus comunidades y la propiedad comunitaria inmediata de la tierra que tradicionalmente ocupan. La ley dispondrá la entrega de otras, aptas y suficientes para su desarrollo humano, que serán adjudicadas como reparación histórica en forma gratuita. (…)”.

También 2008 se sanciona la Ley Provincial de Educación de Entre Ríos, Nº 9890; en su capítulo referido a la EDUCACIÓN INTERCULTURAL BILINGÜE establece:

ARTÍCULO 90º.- …  garantiza el derecho constitucional de los pueblos originarios, a recibir una educación que  contribuya a preservar y fortalecer sus pautas culturales, su lengua, su cosmovisión y su  identidad étnica.-

ARTÍCULO 91º.- (…)

a) Crear mecanismos de participación de los representantes de los pueblos originarios en los  órganos responsables de definir y evaluar las estrategias de la educación intercultural bilingüe.

b) Promover la construcción de modelos y prácticas educativas propias de los pueblos  originarios que incluyan sus valores, conocimientos, lengua y otros rasgos sociales y culturales.

c) Promover la investigación sobre la realidad socio-cultural y lingüística de los pueblos  originarios que permita el diseño de propuestas curriculares.

 

A su vez, los diseños curriculares provinciales, en su apartado La Transversalidad en la propuesta curricular, expresa: “La propuesta de transversalizar algunas problemáticas que afectan y preocupan a la sociedad, ofrece en este momento de Re-significación de la escuela secundaria la posibilidad y desafío de ser asumidas desde todas las dimensiones del curriculum, entre ellas:

. Los Pueblos Originarios: incorporar en este nivel, contenidos y metodologías pedagógicas a los efectos de garantizar el respeto por la multiculturalidad y el conocimiento de las culturas originarias, que permita a los/as alumnos/as valorar y comprender la diversidad cultural como atributo positivo de nuestra sociedad, según corresponda a cada espacio curricular o de manera transversal, para lograr:

-        Generar instancias pedagógicas, para combatir los prejuicios que condujeron y conducen a la discriminación racial de este componente étnico y para promover la comprensión, la tolerancia y la amistad.

-        Producir espacios superadores de la violencia simbólica y que la dignidad y diversidad de las culturas, tradiciones e historias queden debidamente reflejadas en la educación pública.

-        Sostenemos la capacidad de la escuela para aportar un sentido posible a la vida de los sujetos que la transitan, habitan, atraviesan y esto se da en el currículum, a través del currículum, con el currículum.

-        Por esta razón, el currículum debiera constituirse en el organizador y facilitador institucional, que construido colectivamente, toma cuerpo en el entramado de opiniones, marcos teóricos y decisiones político-ideológicas de los actores involucrados, incluye dimensiones y etapas que dan sentido a la totalidad del trabajo educativo, para lo cual, la producción es vital.”

 

En 2014 a través de la Ley provincial Nº 1.302, se estableció el Día de la Mujer Originaria Entrerriana, en conmemoración a Rosa Albariño, en la fecha de su fallecimiento. La iniciativa fue de un grupo de estudiantes de la escuela Secundaria Nº 4 Entrerriana de Villa San Marcial (Departamento Uruguay) que presentaron en 2012 el proyecto de ley en el Senado Juvenil. De dicho grupo formaba parte Wilson Leiva, hermano de Delfina Villalba –también alumna de la escuela-, hija de Victoria Villalba, de la Comunidad Charrúa “Pueblo Jaguar”. Fueron asesoras del proyecto las docentes Yanina Verbaurwede y Maricel Claret.

 

En 2016, Entre Ríos adhirió mediante la ley provincial 10.420 a la ley nacional 25.517 reglamentada en el año 2010 con el decreto 701, que da potestad al INAI para realizar las restituciones de los pueblos originarios, de sus ancestros a sus comunidades. Los primeros municipios en adherir a la ley provincial –en el año 2020-, son Villaguay, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú.

 

La Ley 10.730, del 24 de Septiembre de 2019, declara el día 3 de septiembre de cada año como "Día del Pueblo Charrúa Entrerriano" conmemorando el fallecimiento del Indio Floro, último hablante del idioma charrúa como lengua materna –propuesta promovida desde la Escuela Popular Charrúa Etriek, presentada por el senador del Departamento Villaguay de ese momento, Mario Torres-.

 

Más allá de que a la actualidad, los enunciados legales han sido casi meramente declarativos –pues lejos se está que se haga realidad su plena implementación concreta-; institucionalmente son avances importantes, desde los cuales basarse para la lucha en la exigencia de su cumplimiento.

 

Incidencias en el ámbito educativo de la provincia

Los programas del Consejo General de Educación de Ferias de Ciencia, Jóvenes por la Memoria, y el Senado Juvenil, han sido instancias propicias para el desarrollo de investigaciones en el ámbito educativo de temas relacionados a los pueblos originarios autóctonos. Un ejemplo es el proyecto que luego se transformó en la ley que estableció el Día de la Mujer Originaria entrerriana. También,  la Escuela Secundaria N° 16 de Pueblo Cazés, ha presentado reiteradas veces la moción por que se declare de interés legislativo el Fogón de la Comunidad / Escuela Popular Charrúa Etriek; pero realmente son muchas las propuestas relacionadas a los pueblos ancestrales de la provincia –especialmente en las ferias de ciencia-.

En 2014, jóvenes de la comunidad Charrúa Etriek, participaron del Programa Jóvenes por la Memoria, presentando una investigación sobre ‘Contradicciones docentes en torno a la Diversidad cultural e Interculturalidad’, en la que expusieron las situaciones de discriminación que se dan en las escuelas, aun sosteniendo el discurso del respeto a la diversidad cultural.

En 2015, se crea en la Escuela Popular Charrúa Etriek, un aula anexo del secundario semi presencial para adultxs, dependiente del Centro Comunitario N° 24. El alumnado, perteneciente a la comunidad, participó en dos ocasiones de la Feria de Ciencia, llegando a la instancia nacional en ambas (Misiones 2015, Córdoba 2016), con investigaciones sobre el devenir de nuestro pueblo - charrúa -, y la comunidad -Charrúa Etriek-.

 

En 2016  se crea en la provincia el CONSEJO DE EDUCACIÓN AUTÓNOMO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS (CEAPI), que entre sus lineamientos se propone “acompañar el proceso de creación de materiales didácticos interculturales y bilingües surgidos en el marco de experiencia de articulación entre escuelas y comunidades para favorecer los procesos de enseñanza y aprendizaje en contexto de diversidad cultural, juegos interactivos, bibliografía, recursos tecnológicos educativos”.

En el año 2019, La Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER), por Resolución CS N°009-19, implementó el  Programa Interculturalidad y Pueblos Originarios. Iniciativa promovida a través de la Secretaría de Integración y Cooperación con la Comunidad y el Territorio; en conjunto con organizaciones del Pueblo-Nación Charrúa, y “se propone desarrollar acciones que garanticen los derechos de los pueblos, la valorización de su cultura y la descolonización de la producción académica y educativa.”



Argentina nuevo siglo

Convenio 169

El 3 de julio de 2000, el Estado argentino ratifica en Ginebra la aprobación por ley 24.071, del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes. Es el primer instrumento en el orden internacional que reconoce a los pueblos indígenas como sujetos de derechos colectivos. El criterio para definir la pertenencia es la auto identificación. Entre los principales derechos que regula se encuentran la organización, las tierras comunitarias, los recursos naturales y la consulta y participación de los pueblos en los temas que los afecten.

 

Restitución de restos mortales.

Se establece por ley 25.517 (2001), la obligación de poner a disposición de los pueblos indígenas los restos mortales de aborígenes que formen parte de museos y/o colecciones públicas o privadas, cuando son reclamados por sus comunidades de pertenencia.

 

Consejo de Participación Indígena (CPI).

Se crea por medio de la resolución INAI 152/2004, a pedido de las comunidades y a fin de garantizar la consulta y la participación de los pueblos indígenas. Se deja establecido que el consejo será integrado por representantes de los pueblos que habitan en cada provincia, elegidos por las autoridades comunitarias respetando sus pautas organizativas y culturales.

El CPI es la herramienta que el Estado nacional ha diseñado junto a los pueblos indígenas para fortalecer el diálogo entre el Estado y los representantes indígenas sin intermediarios.

 

Censos

En los 2004/05, se lleva a cabo la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI),  Complementaria del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001;  según la cual en el país hay 600.329 personas que se reconocen pertenecientes y/o descendientes en primera generación de pueblos indígenas, de los cuales 507, se reconocen charrúas, y 169, solo descendientes de charrúas. 

 

Del Censo 2010, resulta que 13.153 personas se consideran integrantes o descendientes de pueblos originarios en Entre Ríos.  De este censo hubo personas de nuestra comunidad que acompañaron a algunas censistas y vimos al menos dos cuestiones: en su momento, la expresión “Pueblos Originarios”, no estaba muy extendida –aun no lo está en muchos sectores-; por lo que muchas personas no sabían a qué se hacía referencia con la pregunta de si era perteneciente a algún pueblo originario (en el caso de nuestra comunidad, se aclaraba cuando se manifestaba el desconocimiento –quizá si se hubiera utilizado indígena hubiera habido otro resultado-); y también nos enteramos que en muchas casas, directamente no se hizo la parte de la encuesta relacionada a pueblos originarios y afrodescendientes.

Ante estas situaciones irregulares, varias organizaciones de pueblos originarios platearon alternativas para lograr un muestreo más fiel en el próximo censo –que debía llevarse a cabo en 2020 y no se pudo por la pandemia-. Entre ellas, el modo del cuestionario y la situación de las lenguas originarias.

 

Tierras comunitarias

La Ley nacional 26160 de 2006, buscó dar respuesta a la situación de emergencia territorial de las Comunidades Indígenas acorde al Artículo 75, Inciso 17, de la Constitución Nacional y dando cumplimiento parcial al Artículo 14 inc. 2 del Convenio 169 de la OIT.

En 2007 se crea el Programa Nacional Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas, para hacer efectivo el relevamiento técnico-jurídico-catastral ordenado por la ley 26.160. El programa es ejecutado por el INAI junto con las provincias, con participación del Consejo de Participación Indígena y las comunidades; realiza la demarcación de las tierras que las comunidades ocupan en forma actual, tradicional y pública, generando las condiciones apropiadas para instrumentar el reconocimiento constitucional de la posesión y propiedad comunitaria.

En 2009 se prorroga la ley 26260, mediante la Ley 26.554; en el 2013 a través de la Ley 26.894, y en el 2017 mediante la Ley 27.400, por la cual se extiende su vigencia hasta noviembre de 2021.

 

Educación Intercultural Bilingüe (EIB).

Se instituye por Ley No °26.206 de Educación Nacional, en la que se establece como una modalidad de enseñanza, a fin de garantizar en todos los niveles del sistema educativo el cumplimiento de los derechos constitucionales a recibir una educación de calidad que respete y contribuya a la preservación de las pautas culturales, lingüísticas, de cosmovisión e identidad étnica de los pueblos indígenas.

 

Derecho a la comunicación con identidad.

La Ley No 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual (2010), establece las condiciones para la promoción de la identidad y de los valores culturales de los pueblos indígenas.

 

Registro Nacional de Organizaciones de Pueblos Indígenas (Renopi).

Se crea por resolución INAI 328/2010 en el ámbito del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, para la inscripción de las organizaciones que así lo soliciten.

 

Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación.

A través del artículo 18 se reconoce a las comunidades indígenas el derecho a la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y de aquellas otras aptas y suficientes para el desarrollo humano.

 

Consejo Consultivo y Participativo de los Pueblos Indígenas.


Se crea en 2016 con los mismos fines y fundamentos que el CPI. (¿?)

 

También se han creado en los diferentes ministerios; secretarias, direcciones y coordinaciones abocadas específicamente a los pueblos originarios; desde los se han implementado programas de atención a sus diversas problemáticas, demandas e intereses (becas, viviendas, programas sociales, etc.).

 Como se planteó anteriormente lo lejos se está que se haga realidad su plena implementación concreta de toda la normativa; los avances institucionales  son importantes como herramientas desde las cuales basarse para la lucha en la exigencia de su cumplimiento.

 

Perspectivas

Con acuerdos y desacuerdos, conflictos, diferencias, avances y retrocesos; son las organizaciones indígenas quienes afrontan la máxima responsabilidad en la persistencia  de luchas y demandas, sea por territorio, y respeto y afianzamiento de las culturas originarias, la defensa a la naturaleza, y el cumplimiento de todos los derechos enunciados en tratados y leyes de diferentes ámbitos –estatales y supra estatales-.

 La mayoría de las comunidades originarias,  viven una cotidianidad avasallante, de carencias y vulnerabilidad, que dificulta el planteo de exigencias mucho más allá de las urgencias diarias.

 Aun en esta compleja y complicada realidad, hay un afianzamiento en el avance de la asunción de la identidad nativa ancestral originaria entre quienes integran las comunidades indígenas.


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